Todos nuestros padrillos y yeguas madres provienen de líneas de sangre de trabajo. Priorizamos la mansedumbre de nuestros padres y madres de cabaña, ya que serán los encargados de transmitirle a su descendencia el carácter que queremos lograr en cada producto de criamos y comercializamos.
Los servicios son dirigidos. Los potrillos son manoseados al pie de las madres. La recría es a campo y a los 2 años comienza la doma, sin violencia y de manera racional. El personal de campo ocupa diariamente estos caballos para realizar las distintas actividades. Así es como todos nuestros caballos son de lazo, saben trabajar con hacienda, andan por los potreros de monte, etc.
Claritas est etiam processus dynamicus, qui sequitur mutationem consuetudium lectorum. Mirum est notare quam littera gothica.
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